Cómo ser la madre ideal

Ser la madre perfecta es imposible, una madre es un ser humano como todos los demás, por ende no logrará nunca la perfección en ese sentido. Pero si puede ser la madre ideal, aquella que brinde a sus hijos lo que necesitan, no solo en el aspecto material, sino espiritual, social y sentimental. 

Muchas veces sin querer cometemos errores que pueden costar la felicidad y seguridad de nuestros hijos para toda la vida. En este artículo les voy a contar mis queridas chiks confidentes como ser una madre ni despreocupada, ni sobre protectora, sino la madre ideal.

Tipos de madres

Cada familia es distinta, cada madre es diferente, pero dentro de esas diferencias se pueden agrupar algunos tipos de madres. Muchas cometiendo errores similares que pueden perjudicar la vida futura de sus hijos, su confianza, valores y comportamiento.

He leído en muchas partes como una manera de justificarse, que luego que los hijos crecen toman su camino y deciden que ser, sin importarles todo lo que en su casa le inculcaron. Aunque no es del todo incierto, y ellos si toman decisiones no siempre ajustadas a los valores que se le enseñaron,también es cierto que por algo lo hacen.

Tal vez eso tenga que ver con esa manera de criarlos donde cerramos los ojos a nuestra equivocación. Decimos, yo solo hago lo mejor para él. Te mostraré algunos tipos de madres,  los errores que comete cada una y que en nada benefician a sus hijos en el futuro.

Madre despreocupada

Es un tipo de madre que pensó que traer un hijo al mundo era solo dar a luz. Sus hijos pueden tener materialmente lo necesario. Pero están descuidados, mal vestidos, despeinados, sufren accidentes constantes porque su madre está ocupada en otras cosas.

No se encargan de educar al niño. Si van de visita a una casa, en vez de evitar que el niño suba, baje, o toque las cosas que no debe, empiezan a sacar las cosas del camino para que este haga lo que quiera y no se tengan ellas que molestar en controlarlo. Cambian la decoración de una casa ajena para estar cómodas ellas.

Son esas que dejan el cuidado de sus hijos a los abuelos, pero se dan golpes de pecho diciendo “yo soy su madre”. Puede que mientras el niño está pequeño, sea muy cómodo para él no tener la debida supervisión, poder andar con harapos que le permitan jugar, arrastrarse sin que a nadie le preocupe.

Pero cuando llegan a la edad escolar, este descuido puede costarle la burla y desprecio de otros niños. Su comportamiento de yo hago lo que me da la gana, puede ser el motivo para múltiples sanciones, que solo lograrán la rabia, rebeldía o inseguridad del niño. Cosa que llevará con él hasta adulto si no se toman medidas a tiempo. como ves no es ser la madre despreocupada, la mejor opción.

La madre sobreprotectora 

Este tipo de madre vive angustiada, ansiedad que traspasa a sus hijos. Los cuida a extremos, no los deja jugar, sentarse en el piso, vive detrás de ellos en todo momento.

Hace una tragedia de las cosas normales que le pasan a los niños, como enfermarse, cortarse un dedito, tener una discusión con algún compañero de clases.

Ella lo resuelve todo, no deja que los niños aprendan a pensar y defenderse por sí solos, a cuidarse. Pero como ella no podrá estar todo el tiempo ahí, forma un chico inseguro.

Cuando este ya es adolescente o adulto, no sabe desenvolverse, todo le da temor y se siente incapaz de defenderse o decidir por el mismo. Por lo tanto tratar de ser la súper mamá que todo lo resuelve, tampoco es ser la madre ideal.

La madre que tiene preferencia

Muchas madres que tienen este tipo de problema, se niegan toda la vida a aceptar que sienten preferencia por uno de sus hijos. Cuando estos crecen y se dan cuenta que ninguno está del todo bien. Se justifican diciendo cosas como: “y si tuve preferencia con uno ¿Por qué los dos tienen problemas? A todos los crié igual”

te responderé porque ambos tienen problemas. Generalmente cuando esto pasa, a uno de tus hijos lo haces pensar que lo merece todo. Es el que no ayuda en casa, piensa que tiene derecho a usar y abusar de ti y de todos los que lo rodean. Se atiene a ti, tú resuelves sus problemas. Muchas veces este tipo de hijos no guarda respeto por sus padres, los ve como sus esclavos. Las personas que TIENEN por obligación resolver su vida, quieran o no, y tenga él la edad que tenga.

Por lo tanto ¿Cuál es el resultado? Un adulto, abusador, que cree que los demás están para servirle. Que realmente no sabe hacer nada utilizando el 100% de sus capacidades. Que se siente frustrado porque al salir a la vida, se da cuenta que el resto del mundo lo ve como alguien que no es buena persona, poco útil y desagradable, lo rechazan y esto crea en él un caos.

Por otra parte el hijo al que no protegiste de igual manera, al que hiciste víctima de los abusos de tu hijo protegido. Si aprendió a valerse por sí mismo, tuvo que ser útil, se vale por sus propios medios, es más aceptado, mas funcional para la vida.

Pero está lleno de rencores que desestabilizan su vida emocional. Como ves, si eres este tipo de madre debes abrir los ojos. Porque no solo dañas al hijo que no prefieres. Sino a ese que tanto quieres, también lo estás dañando y mucho más que al otro. Ser una madre con preferencias, no es ser una madre ideal.

Madre ideal

Es sencillo, es una madre capaz de dar lo mismo a todos sus hijos. De poner límites que todos deben cumplir.

Sabe llenar las necesidades, materiales, espirituales y sentimentales de todos sus hijos de la misma manera.

Una madre que los protege  en todo momento, pero que los deja pensar, tomar decisiones según su edad, y defenderse. Emitir opiniones, decir lo que les gustaría y hace tratos con ellos que los haga entender cuando algo se puede y cuando no.

Una madre ideal, no justifica las malas acciones de sus hijos porque los ama, les muestra porque está mal lo que han hecho. Premia las cosas buenas que estos hacen, les da la herramienta para que puedan defenderse en la vida.

Se preocupa no solo por la salud física de todos sus hijos, sino por su crecimiento sano mentalmente. Les enseña que la vida no es fácil y que hay que saber comportarse, ganarse las cosas. Pero también exigir lo que se merecen, los enseña a amar y a ser amados.

Una madre ideal es un equilibrio. Te podrás equivocar en el camino, pero siempre que mantengas el equilibrio. Lograrás que tus hijos al crecer, sean capaces de conocer el bien, el mal y de tomar decisiones basadas en los principios y valores que le inculcaste.

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